Un año y seis meses de cárcel por pedir el regreso de Aminetu a su casa
La presencia en el Sahara Occidental ocupado de observadores internacionales es la única y mínima garantía para proteger los derechos de los activistas saharauis. Esta reflexión la realizaba en Lanzarote Inés Miranda, fundadora de la Asociación Internacional de Juristas por el Sáhara Occidental (IAJUWS), cuando le preguntaban por el futuro de Aminetu Haidar –en ese momento camino de su casa de El Aaiún- y de los defensores de Derechos Humanos saharauis que viven y trabajan en el territorio ocupado por el gobierno de Marruecos, y la hace cada vez que se señala un nuevo juicio reclamando la colaboración de esos observadores. Ayer, en la corte de Tiznit, donde se sentó en el estrado a diez jóvenes saharauis que se habían manifestado en Assa pidiendo el regreso a casa de Aminetu Haidar, estuvieron presentes cuatro juristas de Suecia y España, Mikael Ruotsi, Victoria Rhodin, Dolores Travieso y Julio Vega, y junto a ellos un representante de las asociaciones de Defensa de Derechos Humanos, AHMED SBAI, presidente del Comité de Presos Saharauis. No pudo estar presente la persona que iba a realizar el papel de traductor, Hassanna Duihi, porque fue detenido ilegalmente, con nocturnidad y violencia -según la IAJUWS-, la noche anterior en el hotel que compartía con los observadores. Lo único que la policía respondió a los abogados extranjeros cuando le preguntaron el porqué de esa detención fue que sería puesto en libertad a la una de la tarde, hecho que no había ocurrido cuando terminó el largo juicio de los diez jóvenes saharauis y se hizo pública la sentencia condenatoria sobre las 20 horas. Pero el sr. Hassanna, según la ASVDH de la que es miembro, ya “había sido detenido en varias ocasiones y sometido a hostigamiento y torturas por sus contactos con los observadores internacionales”.
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